El contexto de la época en que se produjo el cierre del periódico en euskera era el de los años duros del gobierno Aznar. El mismo personaje que pasaría, según René Vázquez en Le Monde Diplomatique, a la “historia universal de la indecencia” como partidario del golpe de Estado que intentó derrocar al gobierno legítimo de Venezuela. Y por otras cuestiones, no menos graves, añado yo. Entonces hacía furor la teoría del entorno. Los que apoyaban al entorno del entorno eran, estaban financiados por, o financiaban a terroristas. La sentencia ahora conocida determina que "la estrecha y errónea visión según la cual todo lo que tenga que ver con el euskera y la cultura en esa lengua tiene que estar fomentado y/o controlado por ETA conduce a una errónea valoración de datos y hechos y a la inconsistencia de la imputación".
No tengo tiempo de acudir a hemerotecas, videotecas y fonotecas. Pero recuerdo perfectamente las acusaciones gratuitas, las descalificaciones brutales, las tertulias vociferantes contra lo vasco y contra todo aquél que osaba posicionarse al lado de los periodistas represaliados, esto es, al lado de la decencia intelectual y personal. Hoy, los presuntos culpables para tanta gente, son declarados inocentes sin género de duda.
Cerrar periódicos, no blog El pobrecito veedor.