Violencias



Después de un viaje a Gambia, Adam Curle vio claramente cómo el bienestar de unas vidas puede destruir otras vidas y se dijo que eso había que incluirlo también en el concepto de violencia. La paz negativa es también superadora de eso. Galtung dibujó lo que llamaba un “triángulo de las violencias”: hay violencia directa, estructural y cultural. La violencia directa es la que tiene un actor claro que ejerce la violencia. La violencia estructural es mucho más anónima: vives bajo una estructura que mejora la vida de unos mientras empeora la de otros. Por ejemplo, en una familia puede haber amor, pero en Roma el pater familias podía matar o vender como esclavos a la mujer y a los hijos. Fíjate dentro de qué estructuras se establece ese amor, estructuras violentas y asimétricas. El cariño y las manifestaciones del amor pueden darse, pero como acto, no tienen estructura que las proteja. Y por último, la violencia cultural es por ejemplo la que va señalando blancos sobre los que disparar (clichés peyorativos como “sudaca”) o la naturalización de las jerarquías a las que se refería Mandela en su autobiografía cuando recuerda que los negros bajo el apartheid llamaban “papá” y “mamá” a los amos blancos. Así que el concepto de paz negativa se ha ido abriendo desde Kant para incorporar otras violencias que circulan en el seno de la sociedad: ya no sólo relaciones dañinas, sino también estructuras que las sostienen o culturas que las alientan. Es un gran avance.


Entrevista a Juan Gutiérrez
, no blogue Fuera de Lugar.