Quienes, erróneamente, se inventaron un cheque-bebé-electoral, para que, indiscriminadamente, se beneficiaran de él la hija de Botín y la de la trabajadora doméstica, ahora se caen del caballo y, como son tan justos, equitativos y solidarios, se lo quitan a todos: para todos o para ninguno.
Quienes se jactaban que sí, que bueno, que algunas medidas durillas habría, pero que de tocar el gasto social, nasti de nasti, ahora comienzan (esto es sólo el principio) a demostrar el rostro más funesto de la socialdemocracia: hacer el trabajo sucio para la derecha financiera, política y mediática.
Quienes no han dado una a derechas, bueno, perdón, a derechas todas, quiero decir quienes han ido rectificándose a sí mismos, una vez tras otra y donde ahora son dos, mañana son 4 y pasado 8, así, exponencialmente, ahora pretenden que les creamos cuando dicen que aunque todo es muy duro, al final saldremos adelante. ¿Quiénes?
Lo que hoy se oye absolutamente en todos los rincones de España, como ayer en Grecia, es una verdad icontrovertible: cuando vienen mal dadas lo pagan los de siempre. Y cuando vienen bien dadas, los de siempre se ilusionan y se creen que todo el monte es orégano.
Los que no le tocan un pelo a las sicav, a los ricos, a las grandes fortunas, a los bancos, y privatizan todo lo que se pone por medio, se arrodillan ante los amos del imperio, y mandan tropas allá, acá y acullá, y a gastar dinero a mansalva para salvar la paz mundial, la paz de las petroleras y la paz de los inversores que pululan por doquier. Pero eso sí, dicen con la boca pequeña que los paraísos fiscales son muy malos pero que a ver quién es el guapo, o la guapa, que les toca un hilo de la chaqueta.
Artigo sobre os recortes económicos anunciados por Zapatero no blog El pobrecito veedor
