Política e responsabilidade social (II)

La inmersión comenzó su andadura en 1979, cuando un 24% de la población no entendía el catalán y un 61% de los habitantes de la provincia de Barcelona habían nacido fuera de Catalunya. La situación no era fácil y se imponían medidas de choque. Quebec la provincia canadiense donde la lengua oficial es el francés aplicaba un modelo similar que daba un buen resultado y Jordi Pujol descartó la doble línea escolar en función de la opción lingüística.

Treinta años después de empezar a aplicar el modelo, más del 95% de la población catalana entiende perfectamente el catalán y la totalidad de los habitantes entienden el castellano. Por ello, la inmersión lingüística ha demostrado ser una herramienta eficaz en el proceso de normalización, y a su vez no ha significado ningún retroceso del castellano. El sistema ha contado siempre con el apoyo incondicional de la comunidad educativa, que destaca que el modelo no sólo es eficiente, sino que ha sido objeto de reconocimiento internacional.


Dunha nova no diario Público