Al margen de la utilización política y los diversos debates que pueda generar la polémica sentencia, queda la constatación de un hecho preocupante, y es la conversión del Tribunal Constitucional en una supraestructura que se sitúa por encima del Parlamento, que es el órgano depositario de la voluntad popular, la esencia de la democracia. Haciendo política ficción podría decirse que un grupo que controlara la composición del Tribunal Constitucional tendría capacidad para invalidar la gestión de un Gobierno elegido por la mayoría.
El Gran Wyoming escribe en Público sobre a sentenza do TC sobre o Estatut catalán